Rubén Farfán

Rubén Farfán
Autor: prensa SoyAzul

El “Galleta” forja su consagración futbolística en la “U” y añora sus días de corralero y cazador junto a su familia en la zona campesina de El Melón.

Rubén Ignacio Farfán Arancibia entró a la “U” por la puerta grande, con estruendo goleador y la identificación con una hinchada que ya valora su aporte. A sus 21 años (25/9/1991) el camino ha sido de sacrificio y recompensa, desde el esfuerzo silencioso en El Melón hasta un presente resplandeciente que ilumina la consagración del Galleta en la “U”.
“Lo principal es que no me ha pesado la camiseta, me siento bien jugando cuando me toca entrar y me sacrifico harto para ganarme una camiseta y un lugar en el equipo. El cambio fue brusco de La Calera a la “U”, pero en realidad la adaptación ha sido muy buena”.

¿Cómo fueron tus inicios, hubo algo de azar o todos los caminos te llevaron al fútbol?

Empecé en el barrio Minas Melón de El Melón, jugando a los 8 años, así que nací con la pelota. Siempre fui delantero, luego me integré a las inferiores de La Calera a los 16 años y ahí empecé a soñar con ser profesional. Yo aún vivo con mis papás y mi hermano chico, y ellos está felices de lo que estoy viviendo, porque siempre me han apoyado.

¿Es cierto que tu llegada a la “U” coincidió con otro hecho importante?

Ja, ja (sonríe). Es que justo por esos días, el 12 de julio, nació mi hijita Colomba, entonces siempre digo que llegó con una tremenda marraqueta bajo el brazo. Fue lindo, ella vive con su mamá en el sur y la he visto poco por los entrenamientos y las obligaciones del fútbol.

¿Cuáles son tus otros hobbies o aficiones fuera de la cancha?

Tengo dos, porque yo soy del campo y me siento bien ahí. Está el rodeo, que practico desde chico con mis familiares. Soy corralero, tengo dos caballos (Dichoso y Pretenciosa) y cuando hay tiempo salgo a correr con mi papá, abuelo y primos por ahí cerca, en El Melón o La Ligua. Ahora hace tiempo que no lo hago, pero me gusta harto, cada vez que tengo libre me voy a andar a caballo, el campo es lo mío.

¿La otra pasión es la música o algo así?

Noo, soy tranquilo, casero, carreteo poco. Pero además me gusta la caza, mi familia también es cazadora, así que salimos a buscar conejos y tórtolas. Claro, hay un poco de riesgo, pero uno se cuida mucho con las armas y es responsable. El campo es muy lindo y ahí paso mis mejores horas fuera del fútbol.

¿Y por qué lo de Galleta, Rubén?

Cuando subí al plantel en La Calera los más viejos dijeron que me parecía al Galleta Suazo, (Héctor, ex azul) y quedé bautizado así. Pero es un detalle, porque lo principal es responder y consolidarme para ganar títulos y proyectarme con la “U”.

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