Técnico de Universidad de Chile habla en extenso sobre el comienzo de su era. Reconoce que tomó a un plantel “cansado” y que el factor motivacional ha sido claro en el andamiaje del equipo. Además aspira a volver a darle alegrías a una hinchada que lo sorprendió por su pasión. (Photosport)
Con Martín Lasarte se podría hablar por largas horas de fútbol, pero también de la vida. “Machete” es una persona con mucho recorrido, un hombre de mundo que es capaz de entablar una conversación sobre aspectos sociológicos de un país con la misma sapiencia que exhibe sentado en el banco de Universidad de Chile. Pero el tiempo no sobra y, evidentemente, el andar del equipo es el hilo conductor de esta entrevista, aunque también se explaya sobre otros aspectos.
¿Esperaba que en tan poco tiempo el equipo iba a responder de la forma en que lo ha hecho y que los hinchas estarían tan ilusionados con su equipo tras solo cinco fechas?
“Es muy difícil saber si las cosas se van a ser como uno sueña. Es lógico que en cualquier sitio donde uno está, desea un comienzo así, aunque a veces es peligroso, porque tiende a instalarse a idea de que estas cosas son regulares, y generalmente, la realidad indica que hay bastantes vaivenes. Después, con el tiempo, quizás se instale una situación más real de muy buena relación con los hinchas o mala. Lo claro es que los comienzos con triunfos ayudan a cimentar lo que va ocurriendo”.
Llegó a una “U” que tiene una evidente necesidad de títulos, ¿siente esa presión cada vez que el equipo entra a la cancha?
“El otro día escuché un comentario en la televisión que fue muy bueno, pero que no estoy de acuerdo. Decía que ahora mi discurso era más firme, pero mi sensación es que cuando llegué a Católica me autopresioné diciendo que iba para ser campeón y ahora a la “U” vine a lo mismo (…) Esa presión no es que no la advierta, forma parte de mí. Capaz que sea un error, pero lo tengo incorporado”.
Ustedes están jugando a gran nivel, pero atrás viene el grupo de Wanderers, Unión Española, Colo-Colo y O´Higgins, que han mostrado buen nivel, ¿cree que ha crecido el nivel de nuestro fútbol?
“A mí desde el principio me dio esa impresión. Yo creo que el nivel que estamos viendo se debe a dos cosas: el efecto postmundial y la previa de Copa América. Lo primero sirvió para demostrar que hoy hay una postura del fútbol chileno, totalmente distinta a la de hace veinte años atrás. Se ve que el ambiente está mucho más futbolizado. Lo de la Copa también se percibe como una gran oportunidad que tiene Chile con esta generación de intentar pelear por la copa”.
En este panorama y por lo mostrado hasta acá, ¿es la “U” el gran candidato a ganar el título?
“Van muy pocas fechas. Creo que hace dos fechas se dio una situación que generó un movimiento. Nosotros ganamos el cuarto partido consecutivo y Católica y Colo-Colo perdieron, entonces la sensación fue como que nosotros en dos fechas más sacábamos ocho puntos y eso es difícil que ocurra. Todavía es muy prematuro”.
El despertar de un plantel cansado y saturado
Cuando asumió el cargo, ¿cómo encontró al plantel, que venía bastante golpeado después de un año sin lograr nada?
“Noté un grupo golpeado, cansado, saturado. Para ellos fue un año malo en el que no habían conseguido los objetivos que se habían trazado, algunos llevaban mucho tiempo jugando juntos y finalmente, hicimos un recambio en algunos casos, simplemente porque necesitábamos cambiar la dinámica, ver caras y energías nuevas, características distintas y achicar el plantel”.
Antes de su llegada se habló que los referentes como “Pepe” Rojas, Johnny Herrera y Osvaldo González tenían ganas de partir. Usted habló con ellos, ¿era eso efectivo?
“Yo hablé con ellos y les pedí que la charla fuera con total honestidad, que hablaran libremente y se sintieran tranquilos. “Pepe” y Johnny tenían por delante el Mundial y ellos manifestaron que su idea era quedarse, más allá de que surgiera algo como lo de Rojas, que finalmente, no se concretó. Con Osvaldo hablé un poco más, ya que empezó la pretemporada con nosotros y él sí era uno de los que veía cansado y saturado. Vi que necesitaba un buen descanso, renovar su cuerpo y mente y hoy está muy bien, alcanzando un nivel muy parecido a su mejor repertorio, lo que habla muy bien de él”.
De sus palabras desprendo que el factor motivacional empleado por el cuerpo técnico ha sido muy importante para llegar al nivel actual que muestra el equipo
“Yo le doy importancia a ese aspecto, por ahí a otros no les importa tanto. Hace poco tiempo, Arsene Wegner decía que la calidad de los futbolistas de la Premier League está en la mente, no en el juego, porque en la cancha, todos son muy buenos y yo creo mucho en eso. Cuando uno puede influenciar positivamente en tipos que tienen determinados recursos y talentos, seguramente alcanzas a conseguir lo mejor de ellos. Ojalá que acá nos pueda pasar que podamos ayudar a jugadores que vienen más de atrás o que han sido cuestionados y ahora han empezado a jugar”.
¿Entra Patricio Rubio en ese grupo?
“Buen ejemplo, no se me había ocurrido. Sí, ahí hay una suerte de dedicación más específica, el tipo bajo 7 u 8 kilos, una cosa extraordinaria. Pero hay que decir que los bajó él, no yo. Nosotros tratamos de ayudarlo, haciéndole ver que no se le puede escapar el tren, porque esto es muy rápido, mañana viene otro jugador y se te acabó la oportunidad. Él tiene la posibilidad de estar en un club grande y pelear por cosas muy importantes, de trascender en su carrera y solucionarse la vida, de sus hijos, y quizás, hasta la de sus nietos. Todo depende de él y aún hay cosas que debe mejorar”.
¿En qué pie del trabajo futbolístico se encuentra hoy el plantel?
“En términos de calidad futbolística, tenemos un buen equipo, que todavía está en desarrollo de intentar conseguir lo mejor. Podemos pensar y soñar con un gran funcionamiento con un poco más tiempo de trabajo, incluso con la inserción de algunos jugadores que vinieron y todavía no han competido”.
¿Cómo son las charlas de Martín Lasarte previo a los partidos? ¿le gusta “picarle el bichito” a los jugadores?
“Una vez le pregunté al ´Maestro’ Tabárez, después que había estado en el Milán, cómo lo hacía para motivar a Franco Baresi, un tipo al que no le puedes decir nada respecto de la posibilidad de comprarle un auto para la mamá, asegurarse el futuro o algo así, porque ya lo tiene todo. Él me respondió que había que descubrir otras motivaciones propias de cada jugador. Quizás, lo que uno debe hacer es mostrarles estas motivaciones, que pueden no saber que existan. Yo intento dar un determinado equilibrio entre la información, lo táctico, la estructura de juego y lo motivacional”
Le pongo un caso hipotético. Termina el primer tiempo del clásico en el Monumental y se va perdiendo 1-0, jugando mal, ¿qué hace en ese momento?, ¿recurre a la “puteada” o prefiere otras herramientas?
“Depende de lo que uno vea. A veces la gente está muy dispersa y lejana a lo que uno quiere, entonces tiene que venir un sacudón. Como decía el “Toto” Lorenzo- un carismático ex entrenador argentino-, a veces, un cachetazo es sicológico. Otras veces, vas perdiendo pero ves al equipo bien y lo que hace falta es reforzar esos aspectos positivos y ajustar lo que no resulta”.
Un video de la hinchada para motivar al equipo
Siguiendo en el tema motivacional, ¿qué rol tiene para usted y los jugadores la tremenda hinchada de Universidad de Chile?
“No sé si está bien que cuente esto, pero como ya pasó, lo digo. Antes de empezar a entrenar acá, me encontré con el video de un partido entre Cobreloa y la “U”, en la última fecha del campeonato anterior. La edición estaba hecha de tal manera que tres o cuatro veces se veían reacciones de la gente y yo pensé que se iban a comer vivos a los jugadores, pero no fue así. Me puso la piel de gallina lo que vi, pedí que me trascribieran la canción y era maravilloso. Con todo eso, sobre la idea que le di, una persona encargada del club hizo un video con esas imágenes y fue precioso, lo pusimos en la noche anterior a nuestro primer partido acá, haciendo referencia a ese valor que significa tener hinchas así”.
Después de ver el público que llegó al partido con Wanderers y el que vendrá hoy, ¿siente que su equipo está reencantando al hincha?
“Cuando me comentaron que pese a tener pagado el Santa Laura, nos íbamos a cambiar al Nacional, porque se necesitaba algo más grande, lo encontré buenísimo. Eso nos obliga a más, no podemos perder esa marea de gente que nos sigue, tenemos que incrementarla”.
Es evidente que el objetivo más cercano es el Apertura, pero ¿cree que a futuro, este equipo puede pensar en conseguir objetivos a nivel internacional?
“En la final de la Copa Libertadores jugó un equipo cuyo lema era Club Atlético sin Libertadores de América (N. de la R: Se refiere a las siglas “CASLA” del Club Atlético San Lorenzo de Almagro) y hoy la conquistó ante un Nacional de Paraguay, que está muy lejos de ser Olimpia o Cerro Porteño. Con esto quiero decir que todo es posible. En lo personal, en Chile jugué una semifinal de Copa Sudamericana contra un equipo muy superior como Sao Paulo, y un año después, si bien quedamos eliminados con el mismo rival, creo que fuimos mejor que ellos futbolísticamente. En definitiva, es posible pensar en hacer una gran campaña”.
El título, su gran sueño
Lo pongo en un plano netamente personal, ¿tiene algún sueño futbolístico por cumplir?
“Yo soy de los que cree que el que sueña sin trabajar no sirve y el que trabaja sin soñar, tampoco. Sueño con poder sentir paz conmigo mismo de haber conseguido lo que uno siempre pelea, que es ser campeón, para recompensar a la gente, que hace un gran esfuerzo para que yo viva el sueño de mi vida, porque para que yo esté acá trabajando, mi familia sigue en mi país y hace un esfuerzo tremendo para ir y venir, que no es fácil. Sueño con ser campeón, me encantaría y peleo para eso, pero me cuesta a veces demostrarme tal cual soy en ese aspecto, porque me ha pasado eso de pasarme para el otro lado. Soy muy emotivo y trato de controlarme, pero seguramente el hincha más acérrimo de la “U” no estará tan contento como yo si conseguimos lograrlo”.
“La Celeste”, Chile y la comida
Usted hablaba de su familia y que ésta se mantiene en Uruguay, ¿no sueña también con dirigir a la selección de su país? Le pregunto porque en algún momento se habló de usted como eventual sucesor de Tabárez
“La verdad, soy muy autocrítico conmigo y no me vendo bien, no es una falsa postura, soy así. Creo en mí, pero sin pensar que soy mejor que nadie y pienso que un nivel de selección, es para gente elegida, con determinado nivel, en determinado instante. Me encantaría, pero no sé si estoy realmente preparado, quizás lo pensaría un poco, porque se trata de ser el conductor de la alegría o tristeza de la gente de todo un país”.
Salgamos un poco de lo futbolístico y hablemos sobre este país en el que ha vivido más de dos años, ¿qué piensa de Chile?
“Cuando llegué acá me preguntaron si notaba esa diferencia que existe desde plaza Italia para arriba y para abajo. Yo contesté que lo rico y lo bonito de acá, es todo. Posiblemente haya más edificios y más casas en un lugar y que en otro se vea más antigüedad, pero eso es lo que lo hace bonito, esa cosa de diferencias. Posiblemente el chileno que está instalado reconoce más lo malo que lo bueno, pero uno que viene de afuera piensa diferente. Yo veo al chileno que se apega mucho a una fiesta patria, que es algo que nosotros no tenemos tan arraigado, ver la ciudad envuelta de banderas, la gente disfrutando el baile típico es lindo. Al chileno no solo lo une el fútbol, tienen más cosas y en Uruguay no es tan así”.
¿Tiene alguna comida chilena favorita?
“Increíblemente no tengo un rasgo identificatorio con algo típicamente chileno. Hay una muy buena cocina. Lo que sí es que mi mujer me dice que el mejor salmón que ha comido en su vida, es el chileno. En España nunca comí salmón, pero acá me parece extraordinario”.