El 19 de octubre de 2013, Universidad de Chile empataba con Iquique en el Estadio Tierra de Campeones en un encuentro que podría ser para cualquiera, pero dos golazos del Príncipe dieron el triunfo al Romántico Viajero.
Habían pasado casi dos años desde que Universidad de Chile se consagraba campeón de la Copa Sudamericana del año 2011 y todo era diferente en el cuadro laico. El equipo de aquella hazaña estaba casi totalmente desmantelado, ya que Marcos González, Matías Rodríguez, Marcelo Díaz, Eugenio Mena, Eduardo Vargas, Gustavo Canales y su entrenador Jorge Sampaoli habían emigrado del club en busca de nuevos desafíos.
El equipo tuvo una seguidilla de directores técnicos que no lograban mostrar la misma mística que el equipo del casildense. Darío Franco fue el sucesor de Sampaoli; ganó la Copa Chile, pero su trabajo no dio mayores frutos. Ya en el segundo semestre del 2013, Marco Antonio Figueroa tampoco encontraba el rodaje a una ‘U’ que, aunque poseía a Herrera, Rojas, Osvaldo González y Lorenzetti, no lograba mantener un juego fluido. Sin embargo, había una pieza fundamental que no le fallaba a los leones: Charles Aránguiz.
Él era el jugador que daba el dinamismo y vida a un equipo que no encontraba el rumbo. Esa misma vida que le dio aquel 19 de octubre de 2013 en el estadio Tierra de Campeones, en Iquique. Este fue un partido sin mayor trascendencia, pero que sí es recordado por los hincha como la noche en que el Príncipe se graduó de lanzador de tiros libres.
En un partido que era trabado para el Romántico Viajero, Aránguiz aprovechó un lanzamiento libre para anotar el primer gol de los azules, haciendo estéril el salto del portero Rodrigo Naranjo.
Sin embargo, el show de Aránguiz y los tiros libres no quedarían ahí. En el minuto 70 se cobró una falta al propio Charles a casi 30 metros del arco rival. Todos esperaban un centro del actual volante del Bayer Leverkusen, pero “Cha Cha Cha” fue más allá y decidió golpear directo al arco con un potente disparo, en el que Naranjo tuvo poco y nada que hacer con un lanzamiento que se clavó en su ángulo izquierdo.
Posteriormente, Isaac Díaz marcó el último tanto del encuentro, dejando el marcador 3-0 y respirando más tranquilo en un torneo que los dejó en zona de liguilla. Tiempo después, Aránguiz se despediría de la U con un triunfo por 4-0 frente al mismo rival en el Estadio Nacional, donde anotó el segundo gol.