El “Conejo” habló de su larga lesión, sus sensaciones después de volver a convertir y la confianza depositada por Guillermo Hoyos. Además, confiesa que al final del torneo tendrá que operarse nuevamente para terminar su recuperación.
Por: Maximiliano Cárdenas Valle
Bajo una intensa lluvia, el plantel de Universidad de Chile trabaja en el césped del Centro Deportivo Azul para preparar el compromiso frente a Santiago Wanderers. Uno de los que trota por la cancha es Sebastián Ubilla, quien demuestra felicidad en su rostro al poder practicar a la par de sus compañeros.
El “Conejo” tuvo un 2016 complicado, ya que una fractura de tibia y peroné le impidió jugar por ocho meses. Una situación difícil para un jugador que corría cada balón como si fuera el último en cada partido. “Cuando estaba acá (en los pasillos del CDA) y veía al equipo desde lo lejos corriendo, me ponía a llorar algunas veces”, confiesa el delantero.
Sin embargo, estas situaciones también dejan enseñanzas para la vida y así lo vio el oriundo de Quilpué, quien reconoce que “algo que sacó de la lesión es que me ayudó a ver la vida desde otro punto de vista. Maduré respecto a la vida y todo lo que tiene relación con el fútbol, pero también le tomé valor a otras cosas”.
¿Qué fue lo primero que pasó por tu cabeza cuando sufriste aquella fractura?
“Más que estar preocupado por mí, estaba preocupado por mi familia, por mis hijos y mi señora, porque yo terminaba contrato con el club después de ese partido y no tenía claro lo que podía pasar. Ellos también sufrían en ese momento”.
Es una situación difícil de manejar, en especial en lo mental. ¿Cómo se maneja psicológicamente esta situación? No era fácil saber que estaría ocho meses sin jugar.
“Es un proceso muy largo, que uno tiene que estar fuerte psicológicamente y apoyarse en los compañeros y la familia. La gente no sabe lo que es pasar de estar jugando y corriendo en el campo a no poder caminar. Era desesperante pasar dolores cuando estaba volviendo, de tener que parar el entrenamiento porque de repente la pierna no te da o se te inflama”.
Bueno, pasó el tiempo hasta que llegó el 10 de diciembre y vuelves a las canchas contra Huachipato. ¿Cómo fue ese momento en que te llaman para ingresar?
“De felicidad, lo único que quería era poder estar nuevamente en la cancha con nuestra gente. Además, cuando ingreso al campo, la gente me aplaudió muy fuerte y no pude contener la emoción después de tanto tiempo sin jugar. Tuve la oportunidad de anotar, pero me la sacó justo el portero”.
Posteriormente, se hizo pretemporada y no pudiste comenzar jugando. ¿Qué pasó ahí?
“Cuando comenzó este periodo, tuve una pretemporada muy fuerte, mi pierna no estaba totalmente recuperada y se me inflamaba la rodilla. Hay muchas cosas que la gente no sabe, como que en la operación, el fierro quedó sobresalido del hueso y eso se me inflama mucho con el roce. Todos los partidos los estoy jugando con inflamación. Yo no siento que estoy en un cien por ciento, sino que en un cuarenta”.
Pero, ¿cómo te sientes físicamente?
“Cada vez que puedo entrenar fuerte, lo hago, pero cuando siento que no me aguanta, tengo que bajar las cargas, pero cada vez que estoy, me mato físicamente para jugar”.
¿Eso pasó en el duelo contra Colo Colo, que tuviste que salir tras el descanso?
“Sí, en la previa del partido tuve que pincharme la rodilla antes de jugar. Son cosas que la gente no sabe y son de camarín”.
¿Hay un plazo para estar recuperado en su totalidad?
“Ahora a final de campeonato tengo que operarme de nuevo para sacarme ese fierro y ahí estaría de nuevo al cien por ciento. Debo aguantar lo mejor posible”.
La vuelta de los goles
Después de tantos problemas, llegó el gol contra Unión Española, ¿tenías ese grito de gol atorado en la garganta?
“Obviamente, siempre dije que me faltaba hacer un gol para sacarme la presión de volver a marcar. Además se dio contra Unión Española, en el último minuto, en un duelo importante, con un estadio repleto y con toda nuestra hinchada celebrando”.
¿Cómo fue esa sensación de ir a la hinchada y ver esa euforia de la gente? porque fue un gol importante y en los últimos minutos.
“Se te vienen muchas cosas a la mente, el asunto de volver a recordar la lesión, todo lo que sufrí, lo que sufrió mi familia, todo lo que me ha costado volver; me cuesta trabajar la parte física, el doble que mis compañeros. Sin embargo, todas las cosas malas se van con un grito de gol”.
Este nivel también se debe a la confianza depositada por Guillermo Hoyos, quien no te había visto en tu plenitud física e igual confió en ti.
“Para mí, hoy en día, Guillermo ha sido uno de los mejores técnicos que he tenido, y no lo digo porque él esté acá, sino que por cómo te trata, por cómo trabaja en la cancha. Es un entrenador muy completo. No me queda nada más que agradecer por todo lo que nos ha dado, porque si no tengo el apoyo del DT, no podría estar jugando y marcando goles”.
¿Qué tan importante ha sido para el plantel la llegada de Guillermo?
“La llegada de Guillermo ayudó muchísimo en el orden del mismo club. Es un técnico serio, que trabaja muy bien. Él se enfoca primero en lo humano y se refleja en la cancha, en apoyar a los compañeros, que somos once hermanos jugando, yo le defiendo la espalda a uno, y él hará lo mismo. Todo esto se nota en los resultados”.
Cinco años en la U
En junio cumplirás cinco años en el club. ¿Cómo analizas tu tiempo en la U?
“Ha sido un camino de altos y bajos. Bajos por todo lo que me ha sucedido por las lesiones, he sufrido muchas, me han pegado mucho, todas mis lesiones han sido por golpes, pero lo bueno es que he conseguido varios títulos acá, eso es importante en lo grupal y personal. Mientras más campeonatos tenga la U, es mejor”.
Debutaste contra Boca Juniors en la Bombonera, un recinto de lujo.
“Obviamente, imagínate debutar en una semifinal de Copa Libertadores contra Boca Juniors allá, fue algo soñado. Lamentablemente, se perdió, pero en lo personal, jamás lo olvidaré”.
¿Cómo sentiste la presión de llegar al club? Viniste cuando el equipo de Sampaoli ganaba todo.
“Cuesta llegar a un club grande, más a un equipo que había ganado todo, pero también tenía un técnico que te motivaba, te ponía a la par de tus compañeros, eso era Sampaoli. La verdad es que adaptarme al equipo no me costó nada”.
¿Hay algún partido que tengas en tu mente con esta camiseta?
“Un partido que me dejó marcado, que se jugó muy bien y que nos daban prácticamente por muertos fue con Universidad Católica en San Carlos de Apoquindo, en el que goleamos 4-2, y el otro importante fue cuando vencimos a Newell’s en Argentina”.
Además de celebrar tus cinco años, el club estará de cumpleaños el 24 de mayo, ¿se le podría regalar al hincha un nuevo título?
“Para eso estamos trabajando, para eso nos matamos día a día en el entrenamiento y esperemos regalar un nuevo título a la institución”.