Hace un par de semanas Alfredo Arias fue presentado como nuevo entrenador de Universidad de Chile y desde el primer minuto se mostró feliz por este gran paso en su carrera. El estratega mostró un gran conocimiento del ‘Equipo Mágico’, ya que en su etapa como jugador vistió cuatro camisetas en nuestro país y le tocó enfrentar a los azules en varias oportunidades.
En su tercera semana de trabajo, el entrenador uruguayo se muestra feliz por la entrega y compromiso de sus jugadores. De a poco el equipo va mejorando dentro de la cancha y eso hace que el DT sea muy optimista para lo que se viene.
Arias habló con Soy Azul y contó varios aspectos de su vida que muchos desconocen. El tiempo que estuvo alejado del fútbol, sus gustos musicales y culinarios, y su manera de encarar la profesión.
¿Cómo partió su pasión por el fútbol?
Como todo niño, a partir del regalo de la primera pelota supe cuál era mi pasión y tuve la bendición luego de que pude jugarlo desde muy chiquito, el baby futbol como le llaman allá en Uruguay.
¿Cómo comenzó su carrera?
Desde los 13 a los 18 años estuve de aspirante en Nacional. Luego me mandaron a préstamo a Montevideo Wanderers y meses después a un equipo de segunda en España, el Jaén, donde estuve 10 meses.
¿Cómo fue esa experiencia?
En ese entonces no había celulares ni comunicación. Me acuerdo que mandaba una carta y llegaba a los 37 días a mi casa, después la carta de vuelta eran 37 días más. Fue muy duro para mí esa salida. Pude haber seguido, pero decidí volver a Uruguay. Tampoco se manejaban los montos de ahora.
¿Cómo llega a Chile?
Cuándo volví a Uruguay estuvo cuatro meses en Wanderers y di el salto a Peñarol. Estuve un año y medio ahí y fui traspasado a Palestino. Luego de eso, don Luis Santibáñez me llevó a O’Higgins y posteriormente a Huachipato. También estuve unos meses en Trasandino.
Su alejamiento del fútbol
¿Por qué pasó tanto tiempo alejado de las canchas?
Me retiré en Rentista de Uruguay debido a una lesión de rodilla, difícil de curar en ese entonces. La vida me llevó a que se me terminó el fútbol. Tuve un divorcio de por medio y tenía que comenzar a trabajar, por mi hija Jimena, que en ese entonces era bebé.
¿A qué se dedicó?
En una propiedad que tenía puse una parrillada. De ahí le agregué las pizzas y se hizo un poco más grande. Llevó 22 años consolidar un negocio que se hizo bueno por las cosas buenas que logramos. Después pusimos un salón de fiesta con Karaoke.
¿Disfrutó ese tiempo?
Tuve un poco la suerte de salir de esa burbuja que es el fútbol, donde todo es beneficio. Me llevó a la vida real, donde hay que pagar las cuentas los fines de mes, donde no tienes otro beneficio más que tú esfuerzo y tú trabajo.
¿En qué momento decide volver a involucrarse con la pelotita?
Cuando mi hija se recibe de Química ya había tomado la decisión de volver al fútbol y necesitaba el curso de técnico, lo comencé a hacer por el año 2008. Era casi una utopía, porque habían pasado muchos años.
El “Guardiolismo”, su escuela
¿Qué lo motivó a volver?
Me ayudó que en la época que empecé a hacer el curso surge el Barcelona de Guardiola. Entonces me dio más gusto ver el fútbol y me llevó a no quedarme con lo que me habían enseñado en mi etapa como futbolista. El fútbol se estaba jugando de otra manera, y se podía jugar de esa forma.
¿Qué hizo para interiorizarse en la escuela de Guardiola?
Un par de veces fui a España a aprender de entrenamientos, de metodologías de trabajo y hacer cursos.
¿Cómo llega a dirigir su primer equipo?
Me dieron un equipo del formativo de Montevideo Wanderers y al año y medio me dijeron si me atrevía a dirigir Primera División y la verdad que para mí era un sueño.
¿Qué vino después?
De ahí para acá la pasión ha ido aumentando, porque cada día me gusta más esto de dirigir. Si tuviera mucho dinero, pagaría por lo que me toca hacer hoy. He tenido la fortuna de que me ha ido bien, siempre he estado en puestos de vanguardia, peleando arriba.
Su idea de juego
Se ha hablado mucho de su línea de tres ¿se mantiene firme?
Bueno, esa línea de tres depende mucho de cómo vea a mis jugadores en la semana. Para mí es muy importante el día a día, lo previo al partido, para definir el equipo o una manera de jugar.
¿Es de cambiar mucho de sistema de juego?
El sistema lo necesitas para tener un orden inicial y volver a ese orden durante el partido. Sinceramente el fútbol es muy dinámico y el sistema pocas veces se respeta, siempre estás mutando. Si juegas con línea de 4 y mandas a tu lateral derecho al ataque, el lateral izquierdo pasa a ser el tercer central. En todos los entrenamientos trabajamos distintos sistemas, para que los jugadores en un partido puedan reaccionar.
¿Le acomoda el fútbol chileno para su idea de juego?
Es verdad que Chile con la llegada de Bielsa tuvo un cambio muy notorio. El fútbol chileno se volvió más profesional, más metódico en cuanto al cuidado del jugador en todos los sentidos. Se puso más dinámico, más intenso en lo físico. Cuando yo jugué en Chile se daba un fútbol de más calidad, de más jugar cuando tenías la pelota. Ahora se juega de forma más moderna, los técnicos está muy bien preparados, hay muy buenos cursos. Se nota el trabajo en formativo. Tengo jóvenes acá a mi cargo que tienen conceptos de juego muy bien arraigados. El futbolista chileno por esencia tiene buena técnica y ahora le suma la dinámica.
Un jugador que usted ha recuperado es Matías Rodríguez ¿A que se debe?
Matías ha rendido en todas partes, en todos los puestos que lo han posicionado. En este momento de la U a él le acomoda más el puesto de lateral carrilero, o lateral volante, que el de lateral neto, porque tiene más facilidad para ir, que para volver.
¿Cómo se mantiene la intensidad de los primeros minutos por más tiempo en los partidos?
Los mejores atletas del mundo no juegan al fútbol, porque el fútbol reúne muchas disciplinas en una. A su vez, involucra posiciones específicas y hay una pelota de por medio, por ende el entrenamiento es distinto. ¿Cómo se entrena la intensidad, la resistencia y la potencia? Nosotros creemos que hay que ir repitiendo en la semana lo que vas a hacer el domingo, respetar la “especifidad”. Nosotros tratamos de simular situaciones que se pueden dar el fin de semana, y de esa manera entrenarlas y repetirlas una y otra vez. Si repetimos muchas veces en nuestro subconsciente, después no necesitamos pensar en ello para hacerlo, es cómo manejar un auto.
El lado B de Alfredo Arias
¿Qué hace después de salir del Centro Deportivo Azul?
Soy un poco fanático de seguir viendo lo que más pueda del rival o informaciones del equipo. Quizás soy un poco obsesivo. Por suerte mi pareja me saca un poco de eso, también disfruto de las visitas, como por ejemplo la de mi hija, la de mi hermano y mis sobrinos.
¿Qué cosas ha podido hacer en Santiago?
Estuve buscando casa con mi mujer y ahora ya tenemos un departamento y salimos a comprar. Me gusta mucho salir a caminar en la tardecita, o tomarme unos mates.
¿Le gustan las series?
Si, ahora me he vuelto un poco adicto cuando encuentro alguna buena, en las horas que no miro fútbol.
¿Alguna que le haya gustado en particular?
Sí, hay una muy buena que se llama Peaky Blinders. Trata de una familia inglesa en los tiempos bien antiguos, los cuales se convierten en una mafia.
¿Le gusta mucho la música?
Sí, mucho. Me gustan todos los estilos. La edad te va llevando a distintas etapas. Admiro la música, tiene una cosa que si no existiera todos seriamos sordos y mudos, porque creo que creo que nos hace regocijarnos, cantar, hablar, la música es una cosa impresionante.
¿Algún cantautor o grupo que le guste?
Me gusta mucho Joan Manuel Serrat, también Silvio Rodríguez, Alejandro Sanz. También me gusta la música que escuchan mis muchachos en el vestuario, y mi hija, que es el reggaetón, la bachata y la salsa.
¿Qué comida chilena le gusta?
Los ceviches son muy buenos. También me gusta mucho el pastel de choclo. Lo que más me gusta eso sí son los churrascos. Tienen una comida muy similar a la de nosotros en Uruguay, que no la extraño. Es más, acá empiezo a engordar, ya me pasó en Santiago Wanderers. Allá engorde como cinco kilos y acá también empecé a subir de peso.