Los tres partidos de esta vigésimo segunda fecha del Campeonato Nacional, que debido a las intensas precipitaciones que han afectado a la zona centro-sur del país fueron suspendidos por la ANFP, dejarán una nueva interrogante abierta para las expectativas de Universidad de Chile en el torneo.
Los pleitos que deberían jugar este fin de semana, y que serán reprogramados las próximas horas, son el que se desarrollaría en Curicó, entre el equipo local y O’Higgins; el de Huachipato contra Palestino, en el estadio CAP, y el de Magallanes con Colo Colo, en el recinto de El Teniente en Rancagua.
Para Universidad de Chile, cuyo partido de visita frente a Unión La Calera ha sido confirmado para este viernes a las 18 horas, las suspensiones suponen una anomalía dentro de la continuidad que debe tener cualquier certamen. Entendiendo que las razones son superiores y absolutamente de fuerza mayor para la organización, para la U de todas maneras supone más una desventaja que un beneficio, toda vez que los encuentros seguramente se realizarán en uno de los tantos períodos de para obligada que registrará el certamen, ya sea por las clasificatorias mundialistas o los Panamericanos.
La regularización de la fecha se producirá, en consecuencia, en las semanas posteriores a los partidos que la U juegue contra Colo Colo, el próximo sábado 2 de septiembre, ante lo cual los clubes que tienen las mismas aspiraciones para clasificar a torneos internacionales, como hoy son O’Higgins, Huachipato y Palestino, ya sabrán los resultados obtenidos por los azules, teniendo a su vez mayores opciones de manejar la variable de un marcador beneficioso, más plazo para recuperar jugadores lesionados y, muy seguramente, mayor descanso para los titulares.
Si bien, como se dijo, las postergaciones de los partidos son justificables, claramente las suspensiones no favorecen a Universidad de Chile y sus expectativas de recuperar, con igualdad de posibilidades, el rendimiento que la tuvo en los primeros lugares al término de la primera rueda.