El año 1994 es especial para todo hincha de Universidad de Chile. Después de 25 años sin ser campeón y dar vueltas olímpicas, Patricio Mardones pateó el penal más importante en la historia del club para bajar la octava estrella del Romántico Viajero en El Salvador.
Si bien la historia terminó con final feliz, la tensión y el nerviosismo que se vivían previo al encuentro fueron tremendos. Por lo menos así lo recordó Sergio Vargas, figura vital para obtener dicho campeonato.
“Superman” reconoció que sintieron presión, no solo del medio, sino que también del pueblo azul. “Cuando el torneo entró en tierra derecha, en que la gente decía ‘es factible que salgamos campeones’, se soltaron. ‘Ahora es el momento’, ‘ahora no podemos fallar’. Adonde ibas, era eso”, sinceró en conversación con Carlos Caszely en “Mi metro cuadrado”.
Tanta era la efervescencia de los fanáticos azules que El Sauzal, lugar de entrenamiento del primer equipo en aquellos tiempos, se llenaba de personas para recordarles que ese era el momento de regresar a lo más alto del fútbol chileno.
“Del camarín a la cancha eran 100 metros, que recorrías en dos minutos. Ese último mes y medio se llenaba de gente. Salíamos y tardábamos más de media hora en llegar a la cancha”, contó. Hasta en la calle paraban al exIndependiente. “Salía a pasear con mis hijos y la gente decía ‘no podemos fallar’”.
Reconoció que el ambiente no acompañó mucho para tener tranquilidad de cara al partido definitorio contra Cobresal. “Llegamos al partido y estábamos cagados. Teníamos una mochila demasiado pesada, una responsabilidad demasiado grande. Son 25 años con cinco o seis millones de hinchas que están encima. Jugamos uno de los peores partidos del campeonato”.
“Me hubiese temblado las piernas”
En el cotejo, Universidad de Chile caía por la cuenta mínima contra el cuadro minero, pero un penal sobre Marcelo Salas le dio vida al Romántico Viajero.
El balón lo tomó Patricio Mardones y con un fusilazo decretó el empate. Consultado por aquel momento, Vargas reconoció que “si hubiese sido el ‘Pato’, me hubiesen temblado las piernas”.
Para el histórico arquero azul, y toda la gente, los últimos diez minutos se hicieron eternos. “Cuando Cobresal pasaba la mitad de cancha con pelota era un cagazo. El ‘Lulo’ (Socías) metió varios cambios ofensivos. Habíamos quedado con un contención. Habría que jugársela. Tuvimos que reacomodarnos”, comentó.
Como sea, el encuentro terminó en tablas y el cuadro universitario pudo entregarle a toda una generación su primer título en 25 años.