Ingresó a los 85 minutos, cuando al FC Midtjylland lo habían igualado unos minutos antes. Darío Osorio se ganó un cerrado aplauso de la hinchada del club danés que este domingo hizo de local en el estadio MCH Arena, pero que finalmente debió resignar un empate ante el AGF.
Los últimos días del exjugador azul no han podido ser más intensos: llegó el miércoles a Dinamarca, firmó el jueves por el FC Midtjylland, concentró con el plantel el fin de semana y debutó este domingo, ante una hinchada que quería verlo a él y al equipo, que había sido eliminado de la fase clasificatoria de la Conference League por penales antes el Legia Varsovia, en Polonia.
Midtjyllkand había abierto el marcador promediando el primer tiempo (Bryndhilsen 26′) y en la etapa complementaria se estaba dedicando a administrar la ventaja, cediéndole terreno a un AGF persistente pero sin muchas ideas. Cuando todo indicaba que el equipo local iba a cerrar el partido con la cuenta mínima y que Osorio no vería minutos, un empate a los 83′ (Bech), obligó al técnico local a salir en búsqueda del triunfo nuevamente.
Fue en esa circunstancia que Darío Osorio ingresó a los 86′ como uno de los dos hombres en punta que utiliza el Midtjylland. Tuve tres acciones destacadas: en la primera, casi le roba el balón al arquero rival cuando éste se aprestaba a despejar; luego remató una pelota que había quedado a la entrada del área tras un tiro de esquina, generando un nuevo córner, y finalmente, tras recuperar una pelota que él había perdido con antelación, obligó al marcador derecho a cometerle una falta y ganarse una tarjeta amarilla. Las tres acciones le valieron fuertes ovaciones del público local.
Si bien Midtjylland no pudo quedarse con un triunfo que lo acercara a los puestos de vanguardia (quedó con 10 puntos, a 8 del puntero), el equipo del canterano azul firmó su primer empate del torneo de la Superliga danesa. Para Osorio, una igualdad inolvidable, 14 minutos que quedarán aquilatados en su tesoro futbolístico, con la certeza de que pronto serán muchos más en la medida que comience a adaptarse a un fútbol muy intenso, de mucho roce, pero que deja espacios para su innegable talento.
