La caída de Universidad de Chile ante Deportes Copiapó (1 a 3) ha vuelto a dejar al director técnico Mauricio Pellegrino al borde de la cornisa, personificado como el principal responsable de una insostenible secuencia de ocho partidos sin poder ganar. Aunque no el único, porque los niveles individuales de los jugadores también han estado muy por debajo de lo esperado, para un plantel de equipo grande.
Junto al colista Curicó Unido, la U es el peor equipo de la segunda rueda estadísticamente hablando y la curva de rendimiento del elenco dibuja en la tabla de posiciones una tendencia que proyecta un inquietante fin de campeonato.
No es antojadizo decir que, increíblemente, el mismo equipo azul que llegó a ser líder del torneo en la mitad del certamen, hoy está entreverado en la lucha por no descender, con futuro rivales que están en la misma, como son Audax italiano y Ñublense. Es cierto que está en la parte alta de este grupo de equipos en riesgo, pero la diferencia es que la mayoría de esos equipos suma de a tres unidades, y la U, apenas de a uno.
La precaria continuidad de Pellegrino
A partir de los resultados, está más que claro que las modificaciones tácticas y de nombres que ha hecho Pellegrino no dieron resultados y que sigue al mando del equipo básicamente porque logró conseguir un empate en el Superclásico, la fecha anterior.
Con un desarrollo de campeonato con fechas entrecortadas por dos recesos, también complica operativamente la salida del entrenador. Aun se vienen dos fechas consecutivas, contra Audax (lunes 2 de octubre) y ante Everton (sábado 7 de octubre), por lo que los plazos se ven reducidos como para hacer un cambio en el banco.
Pero también habrá que considerar los resultados de esos dos partidos, para evaluar si Pellegrino se va tras esos dos encuentros, y se aprovecha el receso por fecha FIFA y Juegos Panamericanos, para dar un remezón técnico.
Lo cierto es que Universidad de Chile, con esta derrota (y a la espera de los marcadores entre UC-Magallanes y Audax-U. La Calera), parece que ya no está en la lucha directa por un cupo en Copa Sudamericana, sino que preocupada más bien en no verse angustiada hasta la última jornada por no descender.