“Estaba demasiado contento. Me hacía falta el gol”, dice Nicolás Guerra al salir del camarín cuando le consultan sobre su tanto en la victoria de Universidad de Chile por 2 a 0 ante Audax Italiano. Se le ve risueño y muy tranquilo, en especial por acabar con la racha de ocho partidos sin ganar que tenía al entrenador Mauricio Pellegrino y al plantel totalmente cuestionado.
El delantero admite que el triunfo “fue un desahogo tremendo, de pura alegría, lo conversamos después en el camarín todos juntos, que aquí todos unidos como siempre para lograr ganar todos los partidos”.
Respecto al respaldo al entrenador, Guerra sostiene que está todo bien con él: “Siempre nos da la confianza y nosotros tenemos que responder dentro de la cancha. Así que súper contento por el equipo y por el cuerpo técnico también”.
¿Qué cambió con respecto a otras semanas? El atacante cuenta que siempre se buscó la vuelta de la situación.
“Cada vez que no pasaba el fin de semana nos preguntábamos, hacíamos mea culpa y la autocrítica. Yo creo que este partido nos juntamos todos, con energías positivas. Muy juntitos tratamos de abstraernos de todo, de trabajar el doble y eso nos llevó al triunfo”, remata.
