Pellegrino tiene la palabra: la cábala que varios en la U quieren instaurar antes de jugar contra Everton

Muchos ajenos a Universidad de Chile la denominaron cruelmente como “La última cena”. Se trató de la invitación que el equipo técnico le cursó al plantel de jugadores para disfrutar una actividad fuera del Centro Deportivo Azul.

Fue el propio Mauricio Pellegrino quien comunicó a los jugadores del primer equipo que el viernes concurrirían, después del entrenamiento matinal y de la revisión médica respectiva, a almorzar en grupo a la conocida Parrillada La Uruguaya, un lugar que se hizo popular porque es visita obligada cada vez que una delegación deportiva del país oriental viene a Santiago, ya sea por invitación del propietario uruguayo Juan Araya, o por referencia.

Fue así que el plantel y el cuerpo técnico arribaron al corazón de la comuna de Ñuñoa, a siete cuadras del Estadio Nacional, para disfrutar de un almuerzo típico a la uruguaya: carne y otros preparados especiales “de casa” a la parrilla.

Fue en ese almuerzo de camaradería, invitación que corrió por cuenta del entrenador argentino, que los futbolistas se juramentaron revertir la campaña e intentar un objetivo que hace cinco días parecía muy lejano: clasificar para un cupo a la Sudamericana.

A repetir la cábala

No fue hasta haber sellado la victoria ante Audax Italiano, que varios jugadores de la U, medio en broma medio en serio, comentaron que la visita a la parrillada tenía que repetirse. Que más allá de la coincidencia, había sido una señal de distensión y camaradería que le había hecho muy bien a la cohesión del grupo.

El saludo al equipo de la U de los propios dueños de la parrillada, a través de redes sociales, fue otro estímulo para que desde esta mañana en el CDA comenzara a circular el comentario de que se debía programar una nueva visita.

Fuera de la insistencia de algunos reporteros la noche del lunes por saber si habría una nueva visita, el tema quedó en manos de Pellegrino, de quien no se ha sabido nada. Más allá del resultado positivo y que en el restaurante uruguayo la mesa ya está puesta para los ahora felices comensales azules, quedará para la historia de este intenso año cómo una parrillada ayudó para aumentar la confianza y terminar con la seguidilla de malos resultados que sacó a la U de la lucha por cosas mayores.