Una torpeza mayúscula lo ha dejado prácticamente al margen de conseguir un objetivo que había perseguido durante toda la temporada: terminar de goleador del Campeonato Nacional.
El exdelantero de Universidad de Chile Patricio Rubio era hasta la fecha pasada el artillero exclusivo del torneo, e incluso hubo versiones que Ñublense ya estaba en conversaciones para renovarle el contrato y así no arriesgar su partida. El atacante contabiliza 14 goles y las opciones de culminar como máximo artillero del certamen eran muy altas.
Ciertamente, el domingo pasado Rubio salió a enfrentar a Audax Italiano en La Florida a sabiendas de que Fernando Zampedri había anotado tres goles el día anterior a O’Higgins, con lo que le sacaba una ventaja de dos tantos en la tabla de goleadores. La tarea del atacante el pasado domingo, entonces, era tratar de alcanzar al ariete de Universidad Católica.
Un partido difícil
El partido con Audax Italiano, equipo comprometido en los puestos de abajo, no fue fácil. Los itálicos dominaron y al delantero chillanejo poco y nada le llegó el balón. Le anularon un tanto en la primera etapa por cometer involuntariamente mano, en la única pelota en la que pudo rematar al arco.
Pese a estar con en inferioridad numérica por expulsión de Gonzalo Sosa, Audax logró ponerse en ventaja y se refugió en su arco. Los últimos 10 minutos los locales sufrieron otra expulsión (de Gonzalo Álvarez) y Ñublense se instaló en el campo audino para buscar el empate, comandado por Pato Rubio como pivote dentro del área.
Sin embargo, en el minuto 89 de partido ocurrió la desgracia para el delantero chillanejo. Un disparo de los rojos que se fue fuera de la cancha, motivó a Rubio a apurar el juego e ir a buscar el balón detrás del pórtico itálico. En una incidencia confusa, el exgoleador de la U forcejeó con un pasapelota que en el entrevero acusó un golpe del jugador.
El árbitro Reinerio Alvarado, atento a la situación, procedió a mostrarle inmediatamente la tarjeta roja al delantero, quien no podía creer lo que estaba pasando. Pese a sus reclamos de que el pasapelota estaba demorando el juego y que él solo había ido a buscar el balón para reanudar el partido con prontitud, el juez mantuvo su determinación y Rubio debió abandonar la cancha.
El drama de Pato Rubio
“Claramente en los informes dicen que el pasapelotas provoca. Yo me acerqué a buscar la pelota y al momento de agacharme me tira un pelotazo en los pies, por eso después lo corro o empujo hacia un lado para apurar la jugada y agarrar la pelota. En ni un momento fui violento o le pegué. Solo fui a apurar la jugada, ya que el equipo perdía y necesitaba apurar la jugada. Más aún que desde el minuto 60 de partido los peloteros escondieron todos los balones”, escribió Pato Rubio en sus redes sociales como argumento de su defensa.
Sin embargo, el Tribunal de Disciplina no consideró mucho la argumentación de Rubio, y castigó al jugador con dos partidos de suspensión, lo que lo deja con pocas opciones de cumplir su objetivo.
Conocida la sanción, el exdelantero de Universidad de Chile comentó: “Espero de todo corazón que el Tribunal pueda reflexionar sobre el tema. Me duele mucho porque estaba peleando para poder salir goleador del torneo y también ayudando a mi equipo para salir de la parte baja de la tabla. Este año mi conducta ha sido intachable y creo ni merecer tan dura sanción”.
Sin contar lo que pueda hacer Zampedri en esos dos encuentros donde Rubio no jugará, el atacante de Ñublense tendrá ante Huachipato, de local, y frente a la U, de visita, las opciones para marcar. Una tarea, a lo menos, complicada.