Matías Rodríguez desempolvará los botines y regresará al fútbol. A sus 37 años, el histórico lateral de Universidad de Chile es nuevo refuerzo de Deportes Melipilla, club que milita en Segunda División Profesional y que piensa en el argentino-chileno como pieza ancla de su nuevo proyecto.
La decisión de retornar a las canchas vino por parte de la familia. Sus hijos Felicitas y Juan Martín fueron fundamentales para su decisión de volver a la actividad después de un año y medio de su retiro.
“Me querían ver jugar de nuevo y así partieron las primeras charlas. El efecto Mundial y poder vivirlo cerca aportó una cuota mayor de interés. Me preguntaron si podría volver a jugar y les dije que sí, pero que tenía que prepararme”, contó en conversación con Las Últimas Noticias.
Así fue como la U le abrió las puertas para entrenar con la Proyección y ponerse a punto. Confesó que los Potros consultaron de inmediato cuando salió la noticia de su posible regreso: “Fueron los primeros en contactarme cuando empecé a entrenar en la U. Les dije que quería probar primero cómo me sentía. Hace poco retomamos el contacto y rápidamente llegamos a acuerdo”.
El esfuerzo de Matías Rodríguez
Desde Deportes Melipilla destacaron al medio que la vuelta de Matías Rodríguez tiene como principal motivación su familia, su necesidad de fútbol y lo atractivo del proyecto, que va más allá de lo económico.
Es más, para arribar al país, Maticrack inició una travesía de más de 1.400 kilómetros arriba de su auto para presentarse en el cuadro de la Región Metropolitana desde Buenos Aires. “Ahora estoy en la provincia de San Luis, donde nací, y que queda justo a mitad de camino. Seguramente llegaré el miércoles en la noche. Me gusta manejar, no tengo inconvenientes“, indicó.
Pero no solo eso, ya que Rodríguez estará solo en Chile, puesto que su familia se quedará en Argentina: “La decisión siempre fue a partir de que se quedaban en Argentina. Obviamente van a estar viajando constantemente, pero se quedan allá porque tienen su colegio. Volver a cambiarlos tampoco era fácil”.
Como sea, el defensor más goleador en la historia de la U viaja con una sonrisa en su rostro para hacer lo que más le gusta: Jugar fútbol.
