La jornada de este martes trajo consigo un halo de esperanza para Universidad de Chile, con el retorno de varios jugadores clave del Preolímpico en Venezuela. Lucas Assadi, Renato Cordero, Jeison Fuentealba e Ignacio Sáez regresaron al equipo, brindando un impulso positivo al entrenador Gustavo Álvarez. Sin embargo, las buenas noticias no terminaron ahí, ya que Juan Pablo Gómez también entregó tranquilidad al Centro Deportivo Azul.
El lunes se confirmó que el lateral derecho sufrió una rotura de meniscos en la rodilla derecha, una complicación inesperada que puso en jaque los planes del equipo. Ante esta situación, Gómez enfrentaba dos opciones: someterse a una operación con un tiempo de recuperación prolongado de tres meses, o recibir tratamiento sin intervención quirúrgica en un período más corto. En colaboración con el cuerpo médico del club, Gómez optó por la segunda alternativa.
De esta manera, se espera que Gómez esté aproximadamente tres semanas fuera de las canchas, lo que inicialmente lo descarta para la primera fecha del Campeonato Nacional. No obstante, la programación podría sufrir modificaciones debido al paro anunciado por el Sindicato de Futbolistas.
Aunque las noticias son alentadoras, existen riesgos asociados con la decisión tomada respecto al tratamiento de la lesión de Gómez.
La posibilidad de que el jugador recaiga pronto en una lesión similar es una preocupación latente, dado que el tratamiento kinesiológico puede no ser completamente efectivo. En caso de complicaciones durante el proceso de recuperación o si el jugador experimenta incomodidad persistente, el club optará por la intervención quirúrgica.
Por ahora, en el Centro Deportivo Azul se respira un poco más de tranquilidad, con la esperanza de una recuperación efectiva para su lateral derecho titular. El equipo deposita su confianza en el proceso de rehabilitación y en la pronta vuelta de Gómez al terreno de juego, mientras continúa enfrentando los desafíos y las incertidumbres que marcan el inicio de la temporada.