Universidad de Chile sufrió más de la cuenta para obtener un histórico triunfo en el estadio Monumental sobre Colo-Colo. La U terminó acorralada en el fondo para frenar la embestida alba, pero todo culminó con festejos en la cancha de Pedrero.
Los dirigidos de Jorge Almirón salieron con el cuchillo entre los dientes en el segundo tiempo para empatar el partido, luego que la U tuviera una brillante primera etapa para ponerse en ventaja ante el conjunto de Macul.
El mayor susto para el Romántico Viajero ocurrió en el minuto 75. Un centro de Carlos Palacios fue empalmado por Maximiliano Falcón y Gabriel Castellón tuvo una intervención felina para evitar el tanto. Sin embargo, Esteban Pavez empujó la pelota para hacerla ingresar y celebrar el empate.
Cuando el recinto deportivo estallaba, el árbitro José Cabero anuló la conquista por mano del capitán de Colo-Colo. Esperando la resolución del VAR, el juez tuvo la venia para confirmar su decisión.
Matías Zaldivia recordó esta jugada y reconoció que la confusión lo tuvo con las pulsaciones al máximo, puesto que no entendía qué estaba sancionando el réferi.
“Esa jugada fue para el infarto, no sé ni qué cobró, no sé qué se estaba cobrando. Me cuesta pensar mucho en el partido”, afirmó en la salida del camarín.
La alegría de Zaldivia
El defensor azul está invicto contra su exclub desde que viste los colores de Universidad de Chile, ya que acumula una victoria y dos empates en el Superclásico del fútbol nacional.
En Macul, el central fue parte de una jornada histórica y entiende que este será un nuevo punto de partida para la institución: “La historia no juega, somos jugadores que no nos teníamos que hacer cargo de la cantidad de años que no se ganaba acá. Venimos sin esa mochila y se notó“.
“Tengo una alegría enorme, más que nada por cómo se jugó el primer tiempo. Ese es el equipo que buscamos ser, protagonistas, de plantarse de igual a igual. En el segundo tiempo, el rival nos tiró atrás, pero la alegría es inmensa”, manifestó.
Sobre el trámite del encuentro, el chileno-argentino comentó que “nos planteamos pararnos de igual a igual, a presionarlos arriba. En el primer tiempo lo pudimos hacer, pero en el segundo lo hicieron bien, encontraron espacios por todos lados. Nos costó acomodarnos, pero la alegría tapa todo”.
Consultado respecto a si ayudó que los referentes, tanto él como Marcelo Díaz, se adjudicaran la presión del estadio con los gritos y pifias, Zaldivia creyó que pudo ser un factor: “Soy de pensar que el entorno no juega, somos 11 contra 11 dentro de la cancha y trato abstraerme de eso. Quizás para los compañeros sea mejor que la presión se la lleven los más grandes”.