Un dulce comienzo tuvo Universidad de Chile en el Campeonato Nacional. En seis fechas disputadas, el Romántico Viajero acumula cinco triunfos y un empate que lo tienen como uno de los líderes del torneo junto a Deportes Iquique.
Gustavo Álvarez es el arquitecto de un equipo que se consolida mientras pasan los partidos. El sello protagonista y ofensivo se va plasmando en el campo de juego y esto tiene contento a sus dirigidos y a la hinchada.
Es más, el mismo Leandro Fernández reconoció que le gusta ver esta versión del cuadro estudiantil, en especial porque los resultados están a la vista, provocando una mayor motivación para lo que vendrá más adelante.
“Corremos todos, perdemos una pelota y tratamos de recuperarla en cinco segundo. Defendemos más arriba, los centrales están pasando mitad de cancha, que es bueno para recuperar y atacar. Eso viene acompañado de los resultados, los jugadores se van sintiendo con confianza y arriesgan mucho más”, sostuvo el delantero argentino.
“No quiere pierda muchos balones”
El ariete azul, que cuenta con dos anotaciones en la competición, recalcó lo importante que ha sido Gustavo Álvarez en este proceso de consolidación, señalando que “está potenciando muchísimo a los jugadores”.
“Te da tranquilidad, dice lo justo y necesario. Está leyendo bastante bien los partidos. Al darte tranquilidad, también te da libertad para jugar. Con la compañía de los resultados, los jugadores se convencen más. Estamos con mucha confianza”, comentó.
Sobre lo que le pide el DT durante su presencia en el campo, el futbolista de 33 años contó que “me da libertad para moverme en el centro del ataque”. Eso sí, reconoce entre risas que “no quiere que pierda muchas pelotas, pero me da libertad y eso me da tranquilidad para soltarme”.
“Uno siempre quiere hacer goles, pero mi rol es el equipo. Juego suelto, me da libertades. Si puedo hacer goles, los hago, y si no puedo, ayudado al compañero”, agregó.
Para cerrar, se refirió a su función como lanzador de los tiros penales: “No soy el dueño. Yo la agarro y si alguien lo pide, lo discutimos, pero de todos los que he pateado, nadie me los ha pedido. Siempre me han dejado patear con libertad y si los voy haciendo, más confianza me darán”.
