Después de un cierre positivo en el Campeonato Nacional, Universidad de Chile volvió a los entrenamientos para comenzar la intertemporada y preparar de la mejor forma el segundo semestre, donde se intentará mantener el liderato del torneo y luchar por la Copa Chile.
Ahora, el foco está completamente en Municipal Puente Alto, club de Tercera A que se ganó su derecho a participar en el certamen tras vencer a Colchagua por 3 a 2. Para los jugadores de la institución este será un encuentro soñado en el Estadio Nacional, especialmente para Rodrigo Flores, quien vivirá el reencuentro con un viejo amigo de infancia.
Rodrigo Flores: “Tengo a un amigo ahí, José Castro”
En conversación con No Es Para Tanto, el volante de 23 años reveló que tiene un vínculo con uno de los dirigidos de Gustavo Álvarez: José Castro, canterano del Bulla y que asoma como titular para el estreno de la U en Copa Chile.
“Tengo un amigo ahí, José Castro. Jugábamos desde chiquitito juntos. No es que hablemos siempre, pero cada vez que nos topamos conversamos harto. Ojalá enfrentarlo”, expresó.
Respecto a cómo afronta este desafío, Rodrigo Flores admitió que no quiere pensarlo tanto por la ansiedad que genera este pleito, haciendo foco en la cantidad de gente que llegará al Coloso de Ñuñoa.
“Para nosotros es complicado, porque nunca hemos jugado con tantas personas. Es una linda oportunidad porque es una vitrina. Salir a jugar lo que uno sabe y espero que alguna llamada, sería lo ideal”, reconoció.
La experiencia de entrenar con Charles Aránguiz
Municipal Puente Alto tiene una gran relación con Charles Aránguiz. El mediocampista de Internacional de Porto Alegre ha entrenado en algunas oportunidades con el cuadro de ANFA, pues su madre, Mariana Sandoval, trabaja en el club como coordinadora.
El capitán puentealtino contó la experiencia de jugar al lado del Príncipe: “Con Charles no es que hablemos seguido, pero siempre está presente, ve nuestros partidos, cuando puede va. Estuvo una semana entrenando con nosotros”.
“Yo que juego en la misma posición. Me tocó jugar con él, yo salía todo sudado y él nada. Había jugado mejor que yo y manejaba los tiempos. Correr y verlo al lado es una emoción”, sentenció.