Sólo seis fechas separan a Universidad de Chile de su estrella número 19. Una recta final en la que los azules tienen las armas para seguir dependiendo de sí mismos, aunque los obstáculos no faltarán en este tramo final del camino.
La U no sólo deberá prestar atención a los rivales de turno, siendo el más próximo Huachipato, vigente monarca del fútbol chileno, sino que también a sus mismos jugadores, de los cuales algunos coquetean de cerca con la suspensión por tarjetas amarillas.
Dos jugadores en capilla por amonestaciones
El Romantico Viajero volverá a la acción este martes 24 de septiembre ante los Acereros por la fecha 25 del Campeonato Nacional. El partido asoma como una de las seis “finales” que le quedan al cuadro estudiantil.
Sin embargo, los dirigidos por Gustavo Álvarez deberán prestar atención a su situación con las amonestaciones, pues para este encuentro no podrán contar con Maximiliano Guerrero, uno de los goleadores de la U y de los jugadores más regulares del equipo.
El delantero llegó a su quinta tarjeta amarilla en el torneo local en el duelo ante Palestino, por lo que será una baja sensible para el Chuncho, que para el encuentro ante los de Talcahuano cuenta con dos futbolistas en capilla: Gabriel Castellón y Fabián Hormazábal.
El portero récord del León, que enfrentará al equipo donde salió campeón por primera vez de Primera División, y el lateral diestro suman 4 amonestaciones, estando sólo a una de perderse el duelo ante Deportes Iquique en el norte, en uno de los escollos más duros que le quedan a los líderes del certamen.
El titular que regresa tras suspensión por amarillas
Uno que no pudo estar en la fiesta del Estadio Nacional, para el gran triunfo por la cuenta mínima ante los árabes fue Marcelo Morales, quien también quedó al margen de la fecha anterior por acumulación de tarjetas amarillas.
El DT de la U ya puede contar con el zurdo de 21 años para el próximo partido ante los de la usina, quien asomaría como titular tras una nueva oportunidad desperdiciada por su reemplazo, Antonio Díaz, que aún no llena el paladar de Álvarez y la fanaticada azul.
